Hasta que llegó su hora: La culminación de un género. por Carlos Torices

"C'era una volta il West", inscrita en el western crepuscular, es una historia que, a priori, reside en los personajes, sobre todo en Harmónica, Frank y Cheyenne. Una historia sobre justicia moral, poder y cuentas pendientes. Pero el resultado es otra cosa, alejada de todo ello, distinta. Pero muy grande: la culminación de un género.
Podemos discutir cuál es la mejor película de uno de los mayores genios de la historia, Sergio Leone, pero lo que es incuestionable es que "Hasta que llegó su hora" significó la toma de conciencia del spaghetti western sobre sí mismo, el echar la vista atrás y ver lo que se ha construido. Si bien es cierto que durante varios años se siguieron haciendo películas enmarcadas en este género, "Hasta que llegó su hora" significa el final de un camino por todo lo grande. Para visibilizar esto, me gustaría desmenuzar una secuencia de la película, la presentación de Jill McBain. Durante este metraje vemos de forma trágica cómo Jill espera a que alguien vaya a buscarla, alguien que nunca llegará. Mientras tanto escuchamos el tema principal de este personaje, que nos evoca tristeza, creada por la tragedia que nosotros conocemos pero ella aún no. "Pobrecilla", "Qué injusto..." son algunos de los pensamientos que se te pasan por la cabeza. En este punto, Jill ya ha subido a una diligencia y va hacia la casa. La genialidad de Leone llega exactamente en ese momento: ahora que estás en ese lugar emocional, el personaje de Jill cede la pantalla al paisaje; más bien, a la "hiperidealización" del paisaje, cuyas extensas llanuras y montañas exageradas claman tristeza y admiración porque esto es el final, esto es un homenaje al trabajo de tanta gente en tantas películas, es una muestra de amor a la grandeza del western, es la despedida de Leone.
El guión también corre en esa dirección y es uno de los más finos y depurados de todo el género. Qué se podía esperar de algo escrito por Leone, Dario Argento y Bertolluci xd. Argento deja su huella en la película, logrando por momentos la tensión oscura que lo caracteriza, aunque lejos de la tetricidad del giallo italiano. Sobre los otros dos supongo que sobran las palabras. El resultado (¡ALERTA SPOILER! pasar al siguiente párrafo si no se ha visto la peli): un guión pausado, en el que se tarda en pulir los personajes, y con el primer acto, bajo mi punto de vista, más maduro de todo el género. Sin  miedo a preguntarse varias veces cuál es la ubicación moral de cada personaje y llevando a éstos a encumbrar uno de los mejores finales vistos antes, en el que aceptan su propio final, ensalzando una vez más el significado del film, en la línea de lo que hablamos.
El hecho de que Leone y Morricone escribiesen la banda sonora antes de rodar y planificar la dirección es algo inédito; nunca antes, y nunca después, se logró ese efecto entre música e imagen. Los golpes emocionales que logra la banda sonora (por ejemplo la última escena con la entrada de la guitarra eléctrica o el cambio de tono que aporta tantas veces el tema de Cheyenne), alcanzan una nueva cota.
Y todo esto no es fruto de la casualidad, estoy totalmente seguro de que Leone, que venía de hacer "Once upon a time in America" y había afirmado que no volvería a hacer westerns, sabía lo que pasados unos cuantos años significaría esta película. Me gustaría conocer cuál fue el camino mental que siguió para dar con esta gran idea, aunque supongo que de una forma u otra no era más que el camino natural.

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