Brokeback Mountain. Por Carlos Torices (4 alejandro)


Me ha gustado, me ha gustado mucho. El tratamiento de un tema tan universal y reciclado como el amor desde un punto de vista peculiar: en el primer acto se nos plantea una contraposición de enfoques entre la idealización del paisaje (donde los planos generales tienen un desfase bestial de brillo y saturación), el simbolismo que se construye con el rebaño desde el minuto uno, jugando con la amplitud de plano en primera instancia, haciendo que cada vez el rebaño llene más la pantalla (siempre en movimiento), hasta que ocurre el incidente de las ovejas (¡Se mezclan todas!), en sintonía con lo que debería ser la relación de Ennis y Jack. Y digo debería porque la idealización de su romance en Brokeback no se termina de cocinar hasta que han pasado los años y algo los mantiene anclados allí. ¿Por qué digo que la idealización no se nos muestra durante la estancia en Brokeback? Varias razones: el primer contacto sexual en la cabaña, cuando “se lanzan”, es un desahogo sexual, no una explosión de amor y afecto. Además, durante todo el primer acto, que es sin duda mi parte favorita de la película, cualquier acercamiento al nacimiento del amor entre ambos, se cuenta a través de Jack, no es algo coral donde la idea se superponga a la situación, es 100% subjetivo al personaje. Y uno de los puntos de mayor brillantez de la dirección reside aquí, hay dos planos que usan el mismo recurso pero que sin embargo subyacen ideas totalmente distintas pero plenamente relacionadas: el primero es un primer plano de Jack mirando a la nada, y en el fondo, desenfocado, Ennis desnudo cambiándose de ropa; se nos muestra de manera explícita el pensamiento de Jack, anhela darse la vuelta y poder dar forma a lo que corre en su imaginación, no sólo a su desnudo físico, sino también a su desnudo emocional. El segundo es la última vez que aparece Jack, cuando discuten sobre la vida que habrían podido tener si no fuese por el egoísmo (que realmente es cobardía) de Ennis, y tenemos un paneo por detrás de Jack, en el que él queda enfocado, de espaldas, y en el fondo Ennis, desenfocado. No me digáis que no es brillante joder, qué broche al arco evolutivo del personaje, qué forma de dar dimensión a un pensamiento del que sólo es partícipe Jack y el espectador: el contraste entre sendos Ennis desde la perspectiva de Jack, la imaginación que volaba al principio y se desvaneció en la cruda realidad con el paso de los años.
Desengranemos a Ennis; un personaje anclado en sus limitaciones, condenado a no lanzarse al vacío, a tener la vida que realmente quiere. Y es lo que comentaba, aunque se pueda interpretar como egoísmo, realmente tiene un punto muy importante de cobardía y represión. Aunque claro, ¿hasta qué punto?, ¿es únicamente cobardía lo que te lleva a no acoger a tu hija y nieta cuando realmente lo necesitan?, ¿es únicamente cobardía lo que te lleva a no luchar por la vida que quieres? No obstante las oscuridades del personaje no sólo residen aquí, la historia lo usa para representar la disconformidad que existe con la vida estándar de la época, una vida en la que todo el mundo calla y se estanca en sus propias convicciones, una vida donde todo a lo que aspiras es formar una familia tradicional, la cual te suda la polla, y esperar a que te llegue el día de palmarla, una vida de sumisión en la que “Ennis, qué más da lo que digan esos dos borrachos sobre nosotros, no la armes que hay mucha gente delante y qué vergüenza”. Ennis se enfrenta a esto, y además se refleja que esta disconformidad no tiene relación alguna con su sexualidad, sino que su causante es la peculiaridad de su personalidad. De hecho, esto constituye una de las mayores contradicciones del personaje: su cobardía y renuncia a la vida que realmente quiere podría chocar con esa revelación en pequeños detalles, ¡Pero no! Realmente tiene sentido y constituye un contrapunto muy interesante: él se da cuenta de lo puta mierda que es la sociedad que le rodea y de los valores que hay, pero no hace nada. Esa clase de persona, que parece abundar en la sociedad (yo mismo soy así), es la más odiosa, porque al ignorante no le puedes recriminar su falta de actuación, pero el que ha abierto los ojos y decide cerrarlos, ese es el peor. No obstante, Ennis tiene su redención al final, cuando renuncia a su trabajo por la boda de su hija. Y he aquí el segundo punto de brillantez de la película, esta redención la impulsa el que Jack ya no esté, es la perfecta representación de “no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”. El abrazo a la chaqueta que Jack llevó el último día de Brokeback. A mí personalmente me flipa esta forma de hacer ver al personaje qué cosas son las que realmente importan. No obstante, ha habido cosas que no me han gustado y me parece que desequilibran la peli en algunos momentos, especialmente en el segundo acto, pero no son graves y prefiero quedarme con lo bueno. Eso sí, lo que me impide darle un sobresaliente a la película es que no llego a emocionarme en el final, no me llega a la patata del todo.
Por destacar alguna cosilla más, puesto que el western es mi género favorito, me apetece mencionar cómo se te hace saber que lo que vas a ver no tiene nada que ver con un western. Esto es la escena de la armónica en Brokeback, la verdad que me reí bastante, mis dieses por semejante prostitución del elemento más recordado del western mediterráneo más importante de la historia (Hasta que llegó su hora).
8,5/10

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