"Coherencias e Incoherencias" por Álvaro Alonso

Este jueves efectivamente en el Congreso de los Diputados se produjo una sesión histórica. Es muy probable que la recordemos durante bastantes años. No por la propia norma que no deja de ser un copia/pega y maquíllate-maquíllate, de la desarrollada por Fátimas, Montoros y Marianos en el año 2012. Lo más estrepitoso fue la aprobación de una ley tan importante como la reforma de la normativa laboral por tan sólo un voto y que se dio debido al error de un diputado. Si la política nos podía dar más vueltas mentales a los interesados informativamente en ella, esta situación ya debería dar mareos. Diría que es insuperable, pero visto lo visto, sería precipitado calificarlo así.

Fuente: es.noticias.yahoo.com
Tras años prometiendo a propios y ajenos la derogación de una reforma laboral que consideraban lesiva hasta para ir al retrete, incumplieron su promesa. La nueva y vigente Reforma Laboral toca cuatro cosas referentes a la temporalidad con respecto a la anterior. Fue la propia Yoyoyoyolanda la que hace unos meses volvió a repetir en el Congreso esas cuatro palabras fetiche "derogaremos la reforma laboral" ante la carina de hastío de la ministra Calviño (la Solbes 2.0). Ya ni hablemos del diputado Echenique, alias "no van a quedar ni los palos del sombrajo".

No es noticia que un político incumpla su palabra, de hecho, la noticia sería lo contrario. El mismo presidente ha dicho una cosa tres días antes de hacer la contraria. Esto ya es habitual en política, en él patológico. Ahora es la vicepresidenta humilde y marquesa del consenso la que se ha comido unos sapos enormes; el propio contenido de la RL, el hecho de mendigar a la CEOE, el no de sus socios habituales y para colmo aprobada por su bestia negra color naranja. Al final resulta que era todo era palabrería, razón teníamos muchos: Europa no les dejará. Pero que más dará cuando los focos mediáticos gubernamentales que daban pábulo a esta trompetería están ahí para proteger sus incoherencias. La causa por encima de todo.

Fuente: publimetro.com.mx
Otro hecho de la sesión de ayer es la polémica y debate en torno a los diputados de Unión del Pueblo Navarro que se saltaron la disciplina de partido para votar No a la RL. La dirección ordenó a sus únicos dos diputados que votaran Sí tras un pacto oculto con el partido socialista. Estos diputados han sido muy beligerantes en todas sus intervenciones en el Congreso con el Gobierno Sánchez-Díaz/Iglesias y en coherencia con los principios defendidos estos años decidieron desmarcarse de lo ordenado. Estos votos eran fundamentales para que saliera adelante la convalidación del Real Decreto-Ley por un sólo voto. Esto último debido a que Unidas Podemos se negó a cubrir el escaño de Alberto Rodríguez tras su suspensión. En definitiva, se contaba con los 154 gubernamentales, Ciudadanos y los pezqueñines (UPN entre ellos). Y salió, pero gracias al error del diputado popular y a Meritxell, pero esto lo dejo para otro día.

Es de lo más interesante las críticas a la toma de conciencia de estos dos diputados y a la vez que abre un amplio debate que merece atención. A la par de que en este país estamos a lo de la RL, se produce la lenta defenestración del Primer Ministro de Reino Unido, Boris Johnson, debido a las fiestas montadas en el 10 de Downing Street durante lo más duro de la pandemia y con las restricciones vigentes. Esta posible caída se debe a que un grupo de diputados de su propio partido (cada vez mayor y que incluye a la Exprimera Ministra doña Theresa May) le están, como quien diría, haciendo la cama.

Fuente: noticieropty.com
No pretendo hacer paralelismo de ambos casos, tan sólo hacer una comparación de cómo se interpreta mediáticamente uno y otro. Ambos sistemas políticos son diferentes; mientras en Reino Unido se vota al candidato, en España se vota a la lista del partido. Sin embargo, por lo general, el partygate que puede llevarse por delante a Boris, se observa desde la opinión pública española con un punto de admiración hacia aquellos diputados que tienen una tal capacidad autocrítica que ponen por encima del partido a los electores de su circunscripción. A mí me parece mejor la toma de conciencia frente a la visión de partidos como sectas de personas seguidistas siempre y por siempre.

En el caso de los dos diputados una parte mediática se desvincula de esta admiración. Poco más y los queman en la hoguera por el pecado cometido. Sitúan por delante lo pactado, lo decidido por la dirección; defienden la visión de diputados como peones “apretadores” de botones (pero sólo en este caso concreto claro). 

Eso de la disciplina de voto es una ficción, no existe legalmente, es una regla creada por los partidos para asegurar el rebaño. Los diputados pueden votar lo que consideren y las sanciones económicas proceden de las normativas de los partidos, no de las reglas de las cámaras. Que los partidos defiendan la disciplina de voto es normal, de hecho, se lo intentan asegurar a mayores situando en escaños a los fieles más absolutos, aunque carezcan de capacidades para ello. Aprieta botones de esmoquin, que a veces ni eso saben hacer. He ahí el diputado del PP que se equivocó cuatro veces, por muchas teorías conspiranoicas informáticas a las que aluda su partido para ocultar inutilidades de sus maniquís. Que defiendan la disciplina de voto los ajenos (supuestamente) a la política nos hace quedar como una partitocracia de pacotilla.

Pudiera parecer que cierto sector mediático y poblacional le parece genial lo de Reino Unido porque ¡ay! es que es Boris Johnson, pero lo de los dos diputados es intolerable debido a que iba a hacer decaer la RL "progresista". Al final esto se simplifica en lo mismo de siempre; los míos, los tuyos y la ideología del sufridor. Deberían empezar a vender coherencia por Amazon o eBay, seguramente tendría bastante éxito. Sobre todo, por lo recomendable que es para aquella profesión que se debe a la rigurosidad más absoluta, el periodismo.


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