"En la noche de CODA" por Álvaro Alonso

Hubo un tortazo y ahí se quedó lo de este año en Los Ángeles. Pastosa y bastante soporífera por momentos. Predecible, sin salidas de guion en lo que a premios se refiere. Ganó CODA, que no es ni de lejos la mejor película del año, pero visto que la alternativa era El Poder del Perro, es la opción menos mala. No será porque no hubo grandes filmes en esta carrera (ya he publicado mis preferencias), pero hemos llegado a un punto que lo raro es que gane la mejor. Hollywood hace tiempo que vive independiente a todo lo que no sea su propio sobaco. Estaba Licorice Pizza, Belfast, Dune o Nightmare Alley. También la horrible No mires arriba, la americanada de King Richard, la soporífera Drive My Car y la West Side Story Spielberg edition. Pero ganó CODA, nadie duda que, por aquello del voto preferencial y esta vez nos salvó del perro, pero años atrás nos dio Green Book o Moonlight; merece la pena revisar ese modus operandi. Pero tampoco hemos de esperar vida inteligente en la Academia. 

Fuente: infogate.cl

Quitaron categorías del directo, pero fue igual. Lo hicieron para darle supuesto ritmo a la gala, apartar lo sobrante. Pero es más fácil para ello menospreciar a los que trabajan detrás de las cámaras. Su voz es menos alta, es enana, ni el boicot del eternamente nominado Hans Zimmer pudo remover conciencias. Ellos no importan, metamos a Beyoncé, skaters o cantantes varios. Seguro que en los Grammy introducirán homenajes a películas.

Estos son los sin voz, pero miren a Doña Rachel Zegler. Ella no había sido invitada a la gala porque se encontraba en pleno rodaje de una película en la otra punta del mundo. La Doña se empeñó en ir a los Oscar "porquesí", así con un comentario en redes sociales consiguió lo suyo (los gastos del parón corren a cuenta de Spielberg). El privilegio, el poder.

De tres presentadoras pues malo sería que una de ellas no hiciera algo aceptable. Fue Amy Schumer, que bordó su papel en solitario, socarrona, con castañazos varios y, sobre todo, hablando de películas. Wanda hizo su sketch (que es para lo que nació) por el museo de la Academia y Regina hizo de carca tocona. Hubiera sido mejor idea para esta última rememorar la tronchante escena de Scary Movie en una sala de cine, al menos sería más gratificante.

Kenneth Brannagh me cae bien, raro es que no llorara como su Kurt Wallander al recoger la estatuilla, pero,  ¿otra vez Paul Thomas Anderson perdiendo? Por el amor de dios, Pozos de Ambición, Magnolia, Boggie Nights, Phantom Thread... y no tiene una estatuilla. No es vergonzoso, es asqueroso. Pero dudo que a PTA le importe, y tal vez por eso es un genio venerable.

Youn Yuh-jung salió como ganadora en 2021 por Minari, a entregar el premio a mejor actor secundario. Por fin apareció la naturalidad y la inocencia en medio de la fastuosidad artificial de Hollywood. Se lo entregó a Troy Kotsur dejando en las pantallas uno de los momentos más hermosos, con Youn a su lado, que mostraba un rostro de orgullo y admiración propio de una madre.

Fuente: mx.hola.com
Y sí, salió Will Smith por partida doble, con ese momento del que usted me habla, que como el de Warren Beauty y Faye Dunaway, se recordará durante décadas. El tortazo, el bofetón, hasta los más cafeteros de los Oscar, sabrán de ello. No hace falta concretar la situación, estoy seguro que ya lo sabe usted. Chris Rock se rió de Jada Pinckett Smith por su peinado a lo Teniente O'Neil. El patriarca Will Smith reaccionó de la manera que han visto. Es algo así como justicia poética que lo siguiente en la gala fuera el homenaje a El Padrino. Hay una diferencia, el de Marlon era elegante, el de Will es de cartón piedra.

Cada uno pensará de una manera, existen diferentes interpretaciones. Me da un tanto igual. Sabrán que a mí me gusta lo curioso. Cuando recogió el Oscar a mejor actor por King Richard, dio un discurso bastante impostado justificando su comportamiento por amor y con frases propias de una teocracia familiar o de una tribu. Se resume en algo así como "que queríais que hiciera, habían mancillado el honor de la mía señora". La mayoría del público le aplaudió fervorosamente; esos del no a la violencia, a los discursos del odio, los de las mujeres no necesitan a hombres para defenderse, de inclusiones varias, aplaudiendo a un hombre que en un arrebato propio de patriarca le propina una bofetada a otro por unas bromitas. Me pregunto que no hará este hombre en su casa si hace esto ante un gran público. Qué más da, Tifanny Haddish nos dice que no, que eso está bien, que un hombre negro salga a pegar a otro hombre negro para proteger a su mujer negra. Proteger, proteger y proteger. Esto casa a la perfección con los discursos de estos últimos años. Coherencia por bandera.

Fuente: rtve.es
Pongámonos con las suposiciones. ¿Cómo hubiera reaccionado la Academia si el de bofetón lo hubiera dado una persona menos influyente que Will Smith? ¿Continuaría en el Dolby Theatre? Voy a más, ¿y si fuera el blanquito Javier Bardem el que se hubiera levantado a darle una bofetada al negro Chris Rock por la broma previa (y parecida) aludiendo a Penélope Cruz? Cuál sería el discurso. Por favor, sobre esto lean el artículo de hoy en El Confidencial del gran Juan Soto Ivars.

Hay personas que defienden este comportamiento. Bueno, gracias por participar, pero hace unos años se celebraban (y bien hecho está) los discursos en los Globos de Oro de Ricky Gervais. Chris Rock hizo una broma menor con el mismo tono y ahora este es merecedor de una torta del patriarca Smith. No me encaja. Esa es la gracia de este humor de galas puesto en circulación por Ricky, hacer sufrir a una banda de privilegiados y aleccionadores morales ante millones de personas. Algo así como situar ante su propio espejo a personas de las que no debería surgir queja alguna, al fin y al cabo son famosos haciendo espectáculo. ¿A Joe Pesci se le puede llamar Baby Joda y a Jada ni me la toques? Que sufrimiento que hagan coñitas de ti. Estoy deseoso de que pongan como presentador a Ricky Gervais en una gala a la que asista Will Smith. Puede salir oro.

Cortaron y cortaron, pero no lo hicieron con la (ya) patochada de interpretar todas las canciones. Que si fueran de agrado, sería entendible, pero yo usaba el tiempo para ir al retrete. Al regreso seguían cantando.

Por lo demás, en lo previsto enmarcamos a la dirección y interpretaciones femeninas. Jane Campion ganó de forma inexplicable como venía haciendo desde el principio de la carrera. Ariana DeBose se llevó una estatuilla que estaba destinada a ella desde finales del pasado año. Lo hizo gracias a un personaje que ya le dio la suya a Rita Moreno en 1961 en la West Side Story de Robert Wise y Jerome Robins. De esta manera Anita es el tercer personaje que aporta Oscar a dos intérpretes diferentes (Vito Corleone y Joker hicieron lo propio). Jessica Chastain se llevó la categoría de mejor actriz, algo esperable salvo para los más soñadores penelopistas. Hace un mes que empezó a despuntar en una categoría tremendamente reñida y llegaba como la más oscarizable de las cinco. No me resisto a apuntar a Olivia, su interpretación rompe la pantalla en cada aparición y en cada personaje que toca sus manos se supera a sí misma. Volverá.

Dune fue la más galardonada, otro hecho pronosticado (Producción, Cinematografía, Montaje, Banda Sonora, Efectos Visuales y Sonido). La versión cinematográfica de la saga de Frank Herbert a cargo de Denis Villeneuve, fue impresionante en términos técnicos, estilísticos y de rodaje. Fiel en todo lo posible al argumento de las novelas y a los escenarios allí descritos. Ciencia ficción en estado puro y un homenaje a una de las grandes cabezas literarias en este ámbito. Habrá segunda parte, dicen que tal vez más y teniendo en cuenta el material que dejó Herbert de este enorme universo, tienen mucha gasolina para darle a Denis.

Hay algo que sí hizo bien la organización de estos Oscar. El hecho de recuperar los homenajes a los clásicos del cine, esos que suprimieron hace años no se sabe muy bien porqué. Como decía, El Padrino, salieron a escena Coppola, DeNiro y Al Pacino y el aplauso se hizo demasiado corto para tales leyendas. Unos mitos representando una de las trilogías más eternas que existen.

Se lo hicieron también a Pulp Fiction, y a quien no se le cayó una lágrima al ver a Uma Thurman y John Travolta bailando de nuevo al ritmo del You Never Can Tell de Chuck Berry. Los Oscar nos habían quitado estos momentos todos estos años, que inmoralidad. El bofetón se lo tenían que haber dado a la Academia, porque ni el acierto es tal, sino que es un reconocimiento de una supresión errónea. A lo mejor también les sucede lo mismo con las categorías recortadas, el caso es ver cuánto tiempo las tienen castigadas, por estar detrás de las cámaras, por no ser glamurosas.

Comentarios

Entradas populares