"Gabo en la soledad" por Álvaro Alonso

Como lector habitual aterra el hecho de no entender un libro del que realmente quieres hacerlo. Es debido a ello por lo que no hay que leer los grandes clásicos demasiado pronto, se corre el riesgo de que con la tontería del principiante se tache de aburrida a una grandísima obra. Y he de decir que yo hasta hace poco detestaba la lectura (¡perdónenme!), pero en mi defensa le echaré la culpa al instituto/colegio; comenten el error de hacer leer o libros horrorosos, o clásicos ininteligibles para mentes poco maduras literariamente hablando. Obligar y estudiar, dos factores que casados son letales para conseguir que en un futuro próximo este hábito sea ocio en los chavales.

Me he lanzado a uno de los mejores libros de la historia. Neruda lo situó al nivel de El Quijote. De Gabriel García Márquez (Gabo para sus lectores) ya había leído Relato de un Náufrago y Crónica de una Muerte Anunciada. He de decir que doy gracias cada día de que este último nos cayera en selectividad. Mi siguiente paso por Gabo tenía que ser Cien Años de Soledad, pero faltaban agallas, nunca me hubiera perdonado lanzarme a lo fallido en esta, una de las consideradas mejores novelas de la historia. Sin embargo, un mayo ajeno a la universidad ejerció de motivación y el hecho de volver a leer a Gabo fue la puntilla. Y qué maravilla más grande.

Gabo centra sus páginas en siete generaciones de la familia Buendía, a partir de la cual cuenta toda una enorme historia desde la creación hasta el fin de la ciudad ficticia, pero muy real, de Macondo. Alejado de todo y en el medio de la nada, por obra de José Arcadio Buendía y su mujer Úrsula, surge Macondo. Más bien diría que por empeño del primero de la estirpe de los Buendía, se establecen en un lugar que no es tal para vivir.

Gabo surca a la familia de los Buendía como quien va nadando y sin cansarse de un continente a otro. Con pausa y detalle aborda a todos y cada uno de sus miembros; inquietudes, problemas, pensamientos impuros, sentimientos, sueños, pasiones... A cada uno de ellos los redondea sin parar hasta que el lector comprenda hasta lo más íntimo de su ser. Todos con algo en común, la soledad. Que persona viva o muerta no ha sentido soledad en algún momento de su vida, por un motivo u otro. Desde lo más insignificante a lo más delirante, el miedo a la soledad puede surgir. Gabo a sus personajes los mata de soledad, cada uno de ellos tarde o temprano, por decisión propia o ajena, es víctima de este sentimiento. Los hace sufrir sin remedio alguno, ya que los Buendía, como quien diría, están malditos, predestinados a un camino vital que irremediablemente les hará enterrar Macondo. Tal vez sea esa la moraleja, lo que el humano crea por su propia mano, el humano lo destruye.

Macondo es el pueblo por excelencia de Gabo, basado en su pueblo natal de Aracataca. Es el centro de su trama en cinco de sus obras. A través de la familia Buendía, en Cien Años de Soledad lo arrastra por todas las fases posibles que ha de tener una ciudad, condensadas en los años de su título. Su creación, su aislamiento paradisíaco del mundo, su introducción en la vida estatal, las guerras políticas, el establecimiento empresarial y su paulatino deceso. Sitúa a Macondo como una persona desde la inocente infancia hasta la larga vejez, pasando por la tumultuosa adolescencia y la decadencia de la edad adulta. Y así queda Macondo tras sus cien años de existencia: "Macondo era ya un pavoroso remolino de polvo y escombros centrifugado por la cólera del huracán bíblico".

Nada es casualidad en esta novela. Todo está colocado para representar una realidad. Siempre a través de una profunda narrativa con un tono cómico (lo de los 17 Aurelianos me hizo llorar del descojone) y de ese género literario que Gabo domina como nadie, el realismo mágico. De esta manera rodea la trama de hechos insólitos, míticos y religiosos que los personajes tratan con total normalidad; he ahí la enfermedad del insomnio, la vuelta a la vida de Melquíades o el hecho que da fin al libro. Con todo este fondo perfectamente cosido, articula un discurso político, social y cultural, aborda toda una serie de valores que se encontró en su vida en Colombia. Cien Años de Soledad es una reflexión vital de Gabo, semiautobiográfica y a través de la cual aporta su visión de Colombia durante lo que fue su infancia.

Eso sí, hay algo que siempre pierde en esta brillante novela, el amor, que cae por su propio peso en todos los casos. Y no será porque no haya romances por montones, cruzados e incestos naturalizados, sin embargo, siempre caen, siempre pierde frente a la soledad. Sea por capricho o por circunstancias del destino, es la soledad la que termina dominando al personaje. Como decía, el destino premeditado de la familia Buendía.

Y no, no quiero detallar más este libro, porque a ti querido lector de este humilde rincón, no te voy a hurtar la magia de la primera lectura de esta, una de las mejores obras literarias jamás escritas. Pásense porque Gabo tiene algo que decirles sobre la soledad y los cien años de vida de Macondo.

Fuente: WMagazín


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