"Privilegiados" por Álvaro Alonso

Privilegiados. Que palabra tan denostada. En mi reciente vida universitaria aparecía por doquier, usada para argumentar cualquier parecer y para dar la turra. Todo ello, por supuesto, a partir del carácter negativo que se le suele dar. Si algún sujeto le atribuye a usted ese calificativo, asegúrese de tener una salida cerca. Sin embargo, el hecho de calificar como tal es bastante maleable, en aquel terreno solía ser un rico, un hijo de, alguien de la corona, clase alta, las eléctricas, los bancos, o básicamente el que se encuentra por encima del que profiere el adjetivo. No lo es al que le perdonan una pena por ser aliado gubernamental. Tampoco lo es aquel que tras cometer un delito y ser condenado tiene la capacidad de indirectamente adaptarse para sí el código penal.

Fuente: La Sexta

Anoche el presidente lo anunció en su lugar de confianza. Eso que ya tenía comprometido con ERC para su investidura, pasar por lejía el delito de sedición. Lo tenía aparcado alegando que no había mayoría para aprobarlo; argumento falso ya que todos sus socios eran, son y serán favorables a esto y a cualquier aspecto que tenga como objetivo el debilitamiento de una estructura que con total sinceridad detestan.

El momento es sin duda idóneo. Las negociaciones del CGPJ rotas y con una persona de la cuerda como presidente de este órgano. El argumento que usó la oposición del PP fue precisamente la reforma del delito de sedición, por lo que se le carga de razones a la ruptura trasnochada de Feijóo. Pero hay una frase de Trump que se puede traer a aquí; nunca pierde. Pocos se acuerdan ni se acordarán de ello, ni de esas aburribles cuatro letras repetidas hasta la saciedad estos últimos cinco años. Otro elemento es la lejanía de las siguientes elecciones (autonómicas y municipales) para las que queda medio año, parece poco, pero en una concesión similar como los indultos, la opinión pública lo borró del mapa a las pocas semanas. Y no nos acordaríamos de ello si no fuera por lo de anoche. Que nadie piense que un hombre tan calculador, suelta tal bomba por un vientecillo que pasó por Moncloa en este mismo instante.

Seguramente en estos días, gran parte de los barones de comunidades ajenas al nacionalismo periférico estén aún más gelatinosos. A Sánchez le importa esto en la medida en que su poder se vea reforzado o no. Y puede que se esté sobreestimando su intranquilidad por esas midterms de mayo. Su única preocupación, demostrado sobradamente en estos cinco años de mandato, es la de mantenerse él, ningún otro. Las generales serán en diciembre de 2023, siete meses de margen, un verano de por medio, y presidencia de la UE; para un superviviente que no necesita ganar para seguir, hay que tenerlo en consideración. Así pues, eso de las tendencias en contra (he ahí Madrid y Andalucía) es una evidencia. Es bastante improbable levantarse si por ejemplo en mayo tan sólo se retienen las básicas de Asturias y Extremadura y además se pierden las municipales. Pero el tempus fugit de la opinión pública y publicada en tema indultos y sedición no sólo es un curro del propio Sánchez, sino también de sus focos mediáticos. Será terriblemente interesante ese trabajo de persuasión y propaganda, monclovita y no tanto.

La sedición, una vez aprobado por el Congreso de los Diputados, será pasado. Desórdenes públicos agravados, y las penas serán menores. Esto obviamente ayuda a que el señorito Oriol regrese a la vida pública y a los que no han sido juzgados, ya que en caso de, al tener carácter retroactivo, serán condenados a la carta. El argumentario sachificador incide en eso de hay que jurar que todo aquello ha ocurrido (envejece bien, Latorre) y ese falaz e impersonal de: equiparar nuestro código al resto de Europa. Eso está bastante mal pensado ya que lo que sí nos piden homologar al resto de los países de Europa es la reforma del sistema de elección del CGPJ, no la sedición. Alemania, ejemplo para todo, la sedición es alta traición (más pena), prohíbe la existencia de partidos como los socios gubernamentales y la imposibilidad de conceder indultos a condenados por delitos tan graves. Con “equiparemos, pero sólo la puntita”. Difícil no es decir que se pacta la eliminación de un delito del código penal con aquellas personas codenas por ello y con el objetivo de favorecer al reo. Esta es una realidad reconocida no por este de aquí, sino por cualquiera de esos socios dentro y fuera del Consejo de ministros, que evidentemente salieron en tromba a ponerse la medalla (suya es). La parte socialista se esfuerza por esconderlo con engaños varios y mercancía averiada estrictamente para los más cafeteros. Es difícil, bien lo demuestran las complicaciones para explicarlo, venderlo y argumentar que tienen razón. Cierto es que se prodigan tan sólo por aquellos lugares señalados, así que las dificultades serán bastante diluidas.

Fuente: EFE

Cuando tengan tiempo añaden unos nuevos privilegiados, aquellos de los que depende el poder de Pedro. Usted pida. Dinero, presos, delitos, asientos, instituciones, leyes, códigos penales… Pruebe si quiere a llamar a las sedes de estos partidos y pidan, como si de una carta de papá Noel se tratara. La vida es corta y las necesidades muchas. Visualizo ya diciembre de 2023, noche electoral, a Sánchez le dan las cuentas y sale a la calle Ferraz eufórico, mientras tanto el señorito Oriol en su despacho de Barcelona gritando como Penélope Cruz en aquellos Oscar: ¡Pedroooooo!


En próximos episodios: Griñán. 

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