"Sin novedad en Hollywood" por Álvaro Alonso
En la pasada al menos hubo un tortazo que quedará para la posteridad. Al final tendremos que agradecer al patriarca Smith su delirio (o no tanto) del pasado año. Hay que reconocerle que creó expectación, polémica y crónicas de una gala que a cada edición se hace más pastosa. Será que este sujeto que les habla ya lleva unas cuantas encima, pero les reconozco que si no tuviera la compañía de un buen amigo hubiera caído en combate. ¡Y es que para que están sino para llevarte al final del camino! Gracias por tanto, Berto.
Ha ganado Todo a la vez en Todas Partes. No sólo eso,
ha arrasado. Siete premios se ha llevado, como si de un clásico inigualable se
tratara, como si fuera una obra cinematográfica que estará décadas en nuestras
cabezas. ¡Pero esto que es! Una cosa es la inercia ganadora, otra es el hecho
de ser cargante con un filme extraordinario pero pasajero.
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El Mejor Actor de Reparto, Ke Huy Quan (Fuente: nbcnews) |
Bonito fue lo de Ke Huy Quan. Se agradece la sinceridad, la naturalidad y la sencillez a la hora de recoger un premio tan artificial como este. Con dedicatorias a aquellas personas que importan, aquellas que le llevaron a la cumbre de la interpretación y sin soflamas fantoches. Una persona que quiere el Oscar por lo que significa y no como trampolín. También hizo lo propio una leyenda del cine como Brendan Fraser, que en The Whale sacó todo el sufrimiento de su experiencia personal para liderar un drama de los que dejan el corazón pequeño. Habló, dedicó y compartió desde los adentros, sacó su ser como viene haciendo en estos meses. Estos dos son personas que han sufrido, han caído en desgracia en una industria voraz. Tal vez esa sea la mejor lección para dejar de aleccionar a los demás desde allí arriba.
Y luego está lo de Michelle Yeoh. Una actriz con trayectoria,
con una calidad sobradamente demostrada en una interpretación acorde con la
brutalidad de la película. Te saca una carcajada mientras es desgarradora, todo
a la vez. No desmerece la estatuilla ante toda una Cate Blanchett que lo es todo
en todas partes y que en Tár supera lo insuperable; desde el matiz hasta
lo más carnal. Desde la conversación más formal a la escena más salvaje (sí,
esa). Pero Michelle es una Yolanda hollywoodiense y lo dejó patente en estas
semanas.
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Cate Blanchett en Tár (Fuente: ciakclub) |
Al día siguiente de echarse a los brazos de la buena de Cate
en los Independent Spirit Awards para eso de las fotos, compartía un
artículo en el que se criticaba la posibilidad de que lo ganara la de Tár:
que ya ha ganado mucho, que otra vez una blanca y que era la hora de la Yeoh
para hacer historia. Una desfachatez ególatra. Una campaña política en toda su
extensión; como el bailarín Iceta cuando comparte los artículos de sus pupilos
mediáticos. Lo ganó y en el discurso fue otro tanto. No dejó de ser un yo yo
yo yo yo constante como los de nuestra querida burguesa gallega; algo así
como un “Cállense, he llegado yo para hacer historia”. Hay personas que llevan
bien eso del éxito como demuestra el compañerismo de Cate, otras la humildad la
tienen escondida debajo de tanta superioridad. Eso sí, espero que ahora empiece
una rivalidad a lo Betty Davis y Joan Crawford, a mí eso me daría esperanzas si
les soy sincero.
Hasta se lo han dado Jamie Lee Curtis en un papel discreto en el que interpreta a una Charo de la agencia tributaria. Kerry Condon era la que tenía que estar ahí, aunque fue esplendorosa la cara de cartón de Angela Basset al ver que ni su condición le daba el Oscar. A pesar de ello me alegro de ver a Laurie Strode con una estatuilla (la de los 70 claro), aunque de escoger a alguien de hacienda prefiero ver a Chiki Montero sobre el escenario. Eso sí que daría audiencia.
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Jamie Lee Curtis en Todo a la Vez en Todas Partes (Fuente: espinof) |
En esta edición de los Oscar han decidido entregar las
categorías de mayor expectación al principio y al final. Por inteligencia no
destacan en esa organización. Una de las prioridades de la gala de los Oscar,
de sobra demostrada, es la de crear espectáculo en lo que debería ser entrega
de premios a los mejores (no lo es). Cada año que pasa, cada cambio que se
sacan de la manga parece con el objetivo de lo contrario. Esta decisión de
situar en el nudo todo el resto, en vez de variar para darle mayor dinamismo,
es otra genialidad. Empiezo a pensar que los organizadores de esto y los estrategas
de Ferrari son la misma persona.
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Interpretación de Naatu Naatu, Oscar a la Mejor Cancion (Fuente: flipboard) |
A veces las canciones en directo traen ciertos momentos. Yo
reitero que sigo usándolas como break time porque qué horror. Sin embargo, la
interpretación de la canción “Naatu Naatu” de RRR ha captado mi
atención. Que energía, que pasión, que patadas, que coreografía y que agujetas
tendrán hoy los pobres. Esa película eterna india de Netflix es para quien la
quiera (gustos como colores), pero ir a Hollywood a levantarles de la siesta es
un buen reconocimiento. Estuvo también Lady Gaga sin maquillaje y con pintas de
rapera cantando para emocionar. Esto está muy bien sí. Pero mejor estaría el
ejemplo si en la alfombra roja no fueras hasta los sobacos de pintura y con un
vestido que del rastro no es. Hollywood y la fachada.
Jimmy Kimmel hizo su papel, dentro de sus armas de comediante
es un hombre discreto que sabe dar el paso a un lado. Tiene la mente fría y
sabe sobreponerse a imprevistos, he ahí lo de La La Land. Pero es un suave,
un moderadito, un quedabien con todos los que tiene ante sus narices, es un marianista. Su
norma es no arriesgar para que luego no hablemos de él. Que es una forma
legítima de ser maestro de ceremonias, pero se hecha de menos alguna coz, algún
espejo para los más fantoches del lugar. A lo más que llegó fue a echarles en
cara que en la anterior gala ninguno de los presentes hiciera nada ante un acto
de violencia. Y ya. Sacó a la burra de The Banshees of Inisherin, ¿indirecta?
Maybe, pero vaya flojo.
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El presentador, Jimmy Kimmel (Fuente: latimes) |
Ah, que me he dejado unas cuantas categorías. Sin Novedad en el Frente es de esas que dejan
sin palabras, la gran guerra en su expresión más cruda. Edward Berger dirige y
es impecable; todos los recursos técnicos en su haber para que la suciedad, el
horror, la masacre y hasta el olor de la guerra traspase la pantalla. Visualmente
es terrorífica, se siente como la muerte lo rodea todo y acecha a cada paso.
Efectivamente se llevó varios técnicos como Fotografía, Banda Sonora o Diseño
de Producción (Montaje para Todo a la vez en Todas Partes) y a Mejor
película extranjera. Bien, buena decisión, pero ello no deja de apuntar la genialidad
de la belga Close; pocas películas alcanzan tan hondo, crean tanta
empatía y llegan a lo más crudo de forma tan permeable. Este filme es la
infancia, la adolescencia, la muerte, la culpa y la penitencia. Brillante.
Y en los guiones otra vez la película de los Daniels. Mejor
Guion Original se han llevado, que a ver es una columpiada de campeonato en una
película con una estructura básica basada de principio a fin en una dirección
impactante (que también le han otrogado). Un “tú dale todo y que se calle Michelle”.
El Adaptado ha sido para Women Talking pero por descarte, que yo no he
visto así que me callo, pero me puedo imaginar. Lo mucho que podía ser era Top
Gun: Maverick o Sin Novedad en el Frente, y ni siquiera es que en este
preciso ámbito cinematográfico es en el que destaquen.
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Cuatro estatuillas para Sin Novedad en el Frente (Fuente: clarin) |
En este año no hubo homenajes a películas clásicas. No era mala oportunidad ya que se cumplían 25 años de Titanic, pero dicen que DiCaprio no quiere saber nada de ella. Ocupado estará dando conferencias medioambientales con su yate como escenario. En lugar de ello retornaron a los rellenos varios y, eso sí, promocionaron lo único bueno y bonito (barato no) que tiene la Academia en sus dominios: el Museo. Hace unos años que lo abrieron y sin duda es una oportunidad para visitar todo el cine. Es un homenaje en forma de edificio al séptimo arte, un paseo por todo aquello que formó parte de la historia del mundo cinematográfico. Maravilloso.
Babylon también era un homenaje a este arte que a muchos nos ocupa. La gran
olvidada de esta gala (tres míseras nominaciones), muchos encolerizan diciendo que
es inexplicable. No, al contario, es lo racional. En opinión de este humilde
servidor es la mejor película, pero hay que mencionar que si los Académicos
optaran por ella sería como el perro que se muerde la cola. Babylon es
un alegato a favor del cine como un arte eterno, frente a una industria oportunista
llena de excesos, desvaríos y depravaciones, que mata y remata. Ni a una de las
bandas sonoras más incuestionables han tenido la dignidad de premiar. Ha
escocido eso de quitarle la purpurina. Pero bueno, todos a su casa con su
premio. Si así se les puede seguir llamando.
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