"Un regreso, uno que se va contento, otro que sale igual y los demás"

En la semana pasada se producía el cambio que venía cocinándose desde hace unas cuantas carreras. Nyck De Vries se cae de la parrilla de F1 sin llegar al ecuador veraniego. Red Bull como triturador de pilotos, sin contemplaciones, sin opciones a las segundas oportunidades. La visión de sí mismos que tienen en este conglomerado es la de un equipo ganador, que sólo puede tener a los mejores, o más bien a los que mejor se adapten a su bólido. Si titubeas, estás fuera. Nyck lo hizo, mostró un nivel muy por debajo de lo que se le consideró. En toda carrera por detrás de Yuki. Y no llegó a los austriacos para eso, sino para pegarle un codazo y situarse como futurible segundo piloto del primer equipo ante la ausencia de un interno capaz para suplir a Checo si es necesario. 

Daniel Ricciardo después de la clasificación (Fuente: flipboard)

Todo se precipitó con el bajo nivel mostrado por Pérez en los últimos grandes premios. Necesitan un piloto con bemoles, potencial y galones para ponerse encima del toro en cualquier momento. Nyck era un todo o nada en el cumplimiento de su sueño tardío en esta categoría y si fuera sólo Liam Lawson el que está al otro lado del río, probablemente hubiera completado el 2023. Sin embargo, desde que se quedó sin equipo en 2022 por la patada (justificada) de McLaren, al acecho de cualquier oportunidad estaba Daniel Ricciardo. Red Bull le cortó la cabeza al neerlandés y recompuso al australiano. Primer resultado de la temporada en el GP de Hungría: por delante de Yuki sábado y domingo, mientras que Checo sigue errando en clasificación. Atado y bien atado.

Tal vez sea esa la única pata coja de ese engranaje perfecto que es Red Bull. Su segundo piloto. El eterno debate sobre quien podría estar, al menos, cerca de Max Verstappen. Tal vez no exista. Estamos ante uno de los grandes pilotos de los últimos tiempos, en una de las escuderías más perfectas y que menos errores comete. Y lo más desmoralizador de ello es que en este caso no es tan sólo el coche, como en otros recientes, sino un nivel de conducción inalcanzable, llena de frialdad y ausente de inseguridades. Mercedes con sus cosas se puso al servicio de un gran piloto, Red Bull se ha echado a lomos de un piloto mitológico. Luego está Checo, que a pesar de conseguir de pasar a Q3 (logro cuestionable), salió desde la novena posición. Remontó al podio, que es lo mínimo. Igual el parón veraniego le sienta bien, o no.

Podio del GP de Hungría (Fuente: ElDesmarque)
En Hungaroring ha vuelto a ganar. Así es, pero ha pasado bastante como para quedarse en ese titular. El GP de Hungría sólo ha dejado contento a Lando Norris e igual que siempre a Max Verstappen. De ahí al resto de pilotos y equipos, se van de este circuito sin motivos para el orgullo. Lando ha quedado segundo, por tanto, a pesar de que los papaya hayan hecho algo milagroso, él siempre va un paso más allá con un ritmo de carrera fuerte, de experimentado. El niño ya no lo es, va en serio, y sus ganas van más allá de lo que McLaren ahora mismo puede ofrecerle. El equipo le pone como prioridad, lo demostró en el auto-undercut que le cascaron a Oscar Piastri. Es un rookie ante un mastodonte automovilístico, puede tener su lógica. Pero Oscar no está lejos y desde luego hay que comprender que es nuevo aquí. Clasifica por detrás, que es lo normal. Pero McLaren tiene claro el mensaje del QuietMan: aquí hay uno por si Lando pilla la puerta. Por si Lando se hace un Sainz, aquí hay un Oscar para hacerse un Lando.

Oscar no se fue contento. Aunque su gesto facial sea el mismo que con un gran resultado. Salvo cuando le dicen que Alpine está por detrás, ahí le sale lo pícaro. Los problemas con los neumáticos y la sacada de puerco que le hizo Pérez le condenaron al quinto puesto. Tampoco se fue contento Hamilton, que tras hacer la pole el sábado con una vuelta antológica, salió en carrera como un principiante. Su único consuelo es adelantar a Oscar con medio fondo plano y acercarse a un Pérez con los neumáticos en las lonas. Un sube baja de fin de semana. Su compañero, si se fue contento, no debería. George Russell sigue demostrando que es uno de los futuribles de la F1, su gestión de neumáticos siempre es fantástica, pero en Hungaroring se confió en la clasificación y partió décimo octavo. Remontó como pocos son capaces, pero su aspiración sigue siendo confirmarse como alternativa al siete veces campeón del mundo. Y en esta temporada clave con la renovación de Lewis en duda, aparece bastante lejos.

Hamilton tras conseguir la pole (Fuente: marca.com)

Ferrari nunca se va contento. Ningún equipo como Ferrari sabe inmolarse a sí mismo como los hacen los de Maranello. La estrategia del pasado año fue la de dejar competir, la de este es dar prioridad a Charles Leclerc independientemente de quien esté por delante en pilotos. También lo hacen mal. Tienen la capacidad de que cualquier decisión sea errónea, no por la decisión en sí, sino por la aplicación, por la tozudez de no flexibilizar según los acontecimientos y a favor del conjunto del equipo. En Hungría Charles tenía que quedar por delante, no sólo eso, ir en todo momento por encima de Carlos. A pesar de que con estrategia diferente eso condenara a Carlos y a pesar de que por detrás llegara Russell. Y si por un error en el pit, Carlos está por delante, nos hacemos undercut a nosotros mismos. Resultado, ambos Mercedes por delante.

Aston Martin debería salir de aquí enfadado y se van atónitos. Están perdiendo la carrera de mejoras que se libra en las fábricas de los equipos y tal vez sea esto lo normal. Es una escudería prácticamente nueva, heredera reciente de Racing Point. Nuestras pajas mentales deberían relajarse, ser más acordes a un deporte que mira más allá de lo que nuestros ojos ven. Hoy por hoy, están carentes de ritmo y esto ya no es cosa de los circuitos de curva rápida. Y en Spa será más de lo mismo. Yo tan sólo voy a lanzar una algo y es que el objetivo de Fernando no es ni el tercer puesto ni el segundo puesto, sino el tercer mundial. Tal vez haya que ir mirando más allá teniendo el cuenta que la locomotora austriaca ya se ha puesto a ello.

Y de los sinpuntos que quieren que les diga porque ya parecen destinados a ello. McLaren se ha ido a la clase de los rápidos, por tanto, los diez primeros parecen incuestionables a corto plazo. Todo ello a pesar del gran sábado de los Alfa Romeo con un quinto y séptimo puesto. La gran sorpresa que en carrera no duró ni la primera curva. En la primera vuelta ya estaban al fondo. Golpe de realidad para un equipo que sí se encuentra en el futuro, con tres años de transición (no ni ná) hasta el aterrizaje de Audi. La mención de honor se la tiene que llevar Alpine, ha hecho lo que pocos, doble DNF en dos grandes premios consecutivos. Qué horrosa la decisión de Oscar hace un año, ¿no?

Alonso y Piastri después de que a este le comentaran que McLaren
había adelantado a Alpine tras el GP de Gran Bretaña (Fuente: news.com.au).


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