"Se terminó" por Álvaro Alonso

This is the end. Se terminó. Se acabó. Finiquito. Conclusión a la temporada 2023 de F1. Ahora llega la melancolía, la tristeza por el final de algo que sentimos como propio. No somos felices viendo ganar carrera tras carrera a SuperMax, sí lo somos siguiéndolo, y como si fuéramos nosotros los que nos jugamos el futuro. Pocas caras más emocionadas verán como las de un fanático de este deporte cuando se apagan los semáforos. En ese momento es en el que todo puede pasar, aunque lo que finalmente sucediera en esta repetitiva temporada fuera siempre lo mismo. Los que estamos a este lado nos metimos en ello por un piloto que hizo de su figura una leyenda. Pero nos quedamos porque resultó convertirse en una pasión. Y también lo hicimos porque ese señor sigue aquí, y nosotros detrás de él, con las mismas esperanzas que al principio.

Última salida del año.
(Fuente: PlanetF1)

Se terminó igual que empezó, con Max Verstappen subiéndose a lo más alto del podio. Abu Dhabi fue para él el perfecto ejemplo de su 2023; en los primeros instantes con alguien que le disputaba la posición, en este caso Leclerc, pero en cuanto notó un poco de tranquilidad, se fue. Las prácticas no fueron bien en casa de los Austrias, lo que hacía crecer esa mínima esperanza, sin embargo, si algo ha hecho en este año esta dupla perfecta es rompérnosla. Cada fin de semana de F1 han demostrado una superioridad aplastante, hasta cuando en estas últimas citas no conseguían la pole. SuperMax y Red Bull son un dueto que cantan al mismo ritmo, uno de los mejores pilotos en un pepino, y eso se ha demostrado imbatible. Yas Marina ha sido el final de una de las temporadas más aplastantes y dominantes por parte de un solo hombre; ha perdido tres y en esas ocasiones quedó dos veces 2º y una 5º. Imparable, y en 2024 nada puede asegurar que no sea la misma canción.

Se terminó para Ferrari y a escasa distancia del subcampeonato. Que sería de esta estructura si Ferrari no fuera tan Ferrari. Si bien al final han pegado el estirón de la mano de un Leclerc que despertó de su letargo. No obstante, una temporada dominada por la degradación, sus malas decisiones (habituales) y una maquinaria que no daba a más, han lastrado sus posibilidades. Los de Maranello y Mercedes terminan a la par y con el problema mutuo de la distancia con los campeonísimos. Además de aparecérseles dos rivales que les quitaron muchos puntos, primero Aston Martin y luego McLaren. Charles consigue un segundo puesto en la carrera final y se va de vacaciones con buen sabor después de tres podios y dos poles en cuatro carreras. Otra historia es la de Carlos Sainz, al que las últimas dos citas le deslucen una temporada basada en la regularidad y la consistencia. Por circunstancias ajenas a su pilotaje y tras tener el cuarto puesto de cara, la alcantarilla de Las Vegas y el tráfico del sábado en Abu Dhabi, le dejan en un séptimo puesto desmerecido.

George Russell adelanta a Lando Norris en boxes.
(Fuente: Motorsport Week)

Se terminó para George Russell, que tal vez sea uno de los que más lo deseara. Venía de un 2022 en el que había vencido a todo un Lewis Hamilton y ganado en Brasil. Sin embargo, la presente temporada fue atragantada. Su compañero se adaptó mejor al nuevo coche y concepto de Mercedes, alcanzando posiciones más altas y hasta seis podios. George fue excesivamente discreto, mientras los de arriba estaban compitiendo. Su pilotaje combativo apareció cuando sus rivales estaban cerca, pero en esta ocasión fue pocas veces. Cierra este tormento con un podio y una carrera fabulosa, de esas que en 2022 eran habituales. Escaló posiciones, se mantuvo a un gran ritmo y fue el héroe final de ese subcampeonato. Se apunta este tanto, pero sólo este.

Se terminó para el cuestionable y cuestionado compañero de Max. Checo sale de Yas Marina con más tranquilidad tras bordear el podio en dos ocasiones y hacerlo en Las Vegas. Ha conseguido el subcampeonato también, pero no quiere decir que haya sido una temporada decente. Con el mejor coche de la parrilla y uno de los más dominantes en años, ha tenido resultados bastante mediocres. Parecía que podía ser, al inicio, con dos victorias en Jeddah y Bakú. Pero tras lo de Miami y la machada de SuperMax, toda su moral se fue hacia abajo. Perdió toda la confianza y el norte, probablemente por verse disputándole el campeonato. Las clasificaciones se le torcieron desde Mónaco y las remontadas que había de tener con el pepino, le eran imposibles. Su compañero es insuperable, pero su deber es estar tras él. En 2024 le dan otra oportunidad en una estructura que no suele.

Oscar Piastri y Lando Norris al inicio de la carrera.
(Fuente: Motorsport Week)

Se terminó para los papaya. Esa escudería que resurgió de los infiernos cuando nadie esperaba que lo hiciera. Comenzaron al fondo de la parrilla, se equivocaron completamente en el concepto de coche. Lando empezaba a cuestionarse su vitalidad en Woking mientras que Piastri miraba avergonzado cuando tenía que responder por la situación. Pero cuando un error es tan flagrante lo que se ha de hacer es entenderlo y cambiar por completo absolutamente todo. Andrea Stella lo comprendió al instante, y con su equipo, hizo lo imposible; a base de mejoras íntegras consiguieron convertir el que era el último coche en Miami a uno que huele de cerca a Max en Silvertone. Una autentica heroicidad de la ingeniería que no hace más que demostrar el potencial del que disponen. Cierran esta montaña rusa de temporada con unos discretos quinto y sexto puesto en Abu Dhabi. Curioso que ahora esto nos parezca poco. Plantean un 2024 con optimismo, lo que nadie es capaz de negarle después de este ascenso. Ahora bien, lo que se les exige con esa dupla de pilotos es algo más grande y desde el inicio. Y han de tener en cuenta que la posible continuidad de Lando dependerá de ello.

Se terminó para el Nano. Aston Martin venía pidiendo la hora desde poco después de verano. Se les hizo larga una temporada en la que milagrosamente nos hicieron volver a soñar. Pero ya saben ustedes lo que es esta afición, siempre se exige más. Tras el parón veraniego nuestro piloto logró dos podios, no obstante, las sensaciones fueron decreciendo a base de resultados escasos. En esta última quedó en su posición natural, séptimo y delante de un irreconocible Hamilton. Luchando contra todos y contra todo con las pobres armas de las que disponía. Pese a esto, cabe no perder el rumbo y discernir con coherencia lo sucedido. En la primera temporada de Alonso en lo que hasta hace dos años era Force India, ha cosechado ocho podios y un cuarto puesto en el mundial. Como base de un proyecto automovilístico y empezado de cero, no parece malo. Comparto el escepticismo ya que aún está por venir las posibilidades reales que le puedan dar a nuestro piloto. Ahora bien, ese pesimismo fanático que sólo mira trofeos y no el proceso al que se está sometiendo un equipo pequeño, parece demasiado pusilánime. Merece la pena esperar y juzgar en base a lo que venga, es decir, la confirmación que ha de tener Aston Martin como equipo puntero en 2024. Ese derecho se lo han ganado.

Pierre Gasly durante su batalla con Lewis Hamilton.
(Fuente: Pitpass)

Se terminó en Alpine. Se veían en la quinta posición del mundial con su alineación francesa, pero en cuanto los papaya aceleraron, ellos se quedaron en solitario. Lejos de los del fondo y de los de arriba. Un sexto puesto en tierra de nadie, pero con algunos resultados respetables, como el podio de Ocon en Mónaco y de Gasly en Zandvoort. Ante la soledad competitiva contra otros equipos, su guerra era por comprobar cual de los dos galos quedaba por delante. Lo que tiene su trama ya que como bien repetía incansablemente Antonio Lobato, “son compañeros, no amigos”. Estos dos y sus familias tienen un pasado oscuro y consabido que les hizo tener un gran odio mutuo. Otmar decidió juntarlos en una brillante decisión diplomática, a pesar de que esto era bien conocido. Los roces no dejaron de surgir y Alpine se convirtió en el perfecto ejemplo de “jaula de grillos” desde Australia. En Bélgica, tras una decisión inédita hicieron caer a toda la dirección del equipo y poco después se anunciaron nuevos propietarios. Esta batalla interna la ganó el nuevo a pesar de la patente predilección por Ocon. Su temporada terminó como fue toda ella; con Alpine errando en la estrategia de Gasly, éste pidiendo explicaciones y su ingeniero diciéndole que lo hablarán tras la carrera. No tendrán solución cercana.

Se terminó también para los humildes, donde hay que destacar a Williams en el séptimo puesto. Después de que la gran familia se viera obligada a vender y de tantos años siendo la chicane móvil de la parrilla, han vuelto. Frente a la incompetencia de los que le rodean, consiguieron hacer un coche mediano a la par que veloz en recta. Alexander Albon se aprovechó de ello en los circuitos concretos sacando 27 de los 28 puntos de la escudería. Pudo por fin demostrar su calidad y sacando sobre la pista la experiencia de la que ya hace gala. Es un piloto fiable y cumplidor, pero sobre todo sensato con sus posibilidades. No lo consiguió Alpha Tauri a pesar de el empujón final y ni de cerca han estado Alfa Romeo y Haas. Son estos los nuevos farolillos rojos, uno esperando a la llegada de Audi y con dos largos años de transición, mientras que el otro es ese que nunca estuvo.

Los pilotos durante la tradicional foto de final de temporada.
(Fuente: Motorsport)

Y esto es todo amigos. Se terminó para nosotros, nos esperan ahora tres largos meses hasta que se vuelvan a apagar los semáforos en Bahréin. Muchos fines de semanas vacíos y rellenados con cualquier actividad ajena a estos coches. Olfateando las profundidades de internet en búsqueda de alguna noticia relativa a la nueva temporada. Pero descansemos y disfrutemos de ello porque lo que nos espera al otro lado es más F1. Otra larga temporada con 24 carreras y 6 sprint, en la que esperemos que SuperMax tenga alguien que le pueda toser. Al otro lado nos veremos y nos saludaremos de nuevo porque esto también es lo bueno de este deporte; la ansiedad de la espera. La expectativa crea la pasión.

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