"Globitos" por Álvaro Alonso

Dicen que los Globos de Oro han cambiado, que ahora ya no los dirigen los mismos, pero lo hacen con la boca pequeña, con recelo a la vinculación. Todo ello derivado de una polémica trasnochada y desajustada.  Se vieron obligados a darse una vuelta a sí mismos porque les acusaron de comportamientos racistas, ser poco diversos y todo eso de lo que se suele ahora. Hoy por hoy se encuentran en un proceso de lavado de imagen, no para los propios sino los ajenos. Es decir, anteriormente estos premios estaban comprados y ahora lo están de otra manera. Este es el modus operandi de Hollywood para eso del "hacer ver" y seguir igual. Partiendo del cinismo propio de esas tierras, la situación de los Globos de Oro es perfectamente representativa. No los quiere nadie, no tenían ni presentador, hace un par de años no se pudieron celebrar, y sin embargo a esa gala va a hasta Jennifer López. Todo sea por el glamour y las cámaras. Han comprado todo el discurso dicen. Será por eso.

Encontraron presentador y mejor era que no lo hubieran hecho. Podría haber sido decisión más inteligente la voz del traductor de Google, al menos la perplejidad inicial hubiera sido más cómica. Ya llegará la Inteligencia Artificial. Jo Koy se llamaba el de este año, que si ustedes saben de quien se trata a lo mejor es que tienen demasiado tiempo libre. Intentó hacer gracia, o hacerse el sagaz, sin embargo, sólo creaba perplejidad. Bromas de las que no sabía y que tan sólo era capaz de reírse él mismo. Tras la gala se fundió en críticas a los guionistas por eso de “quitarse el muerto” del ridículo. Quien no echa de menos a Ricky Gervais, en cada gala es inevitable ese irreverente pensamiento. El estilo provocador, sin límites, ir al choque contra todas estas personalidades oportunistas que viven de su imagen. Era él su propio guionista, reconoció que escribía mientras estaba en la bañera y con una copa a su lado. Viva. Así debe ser. Es de dudar que vuelva a aparecer la cara de este nuevo hombre con prontitud, porque si el objetivo es reírse parcialmente del discurso oficialista, se hace con estilo y carisma. Abajo los fantoches que leen los chistes que les ponen como si de las instrucciones de la lavadora se tratara.
Cillian Murphy y Robert Downey Jr.
(Fuente: DW)

En lo que a premios se refiere ya se detenta el miedo a sí mismos. Cuando alguien premia con temor a lo que puedan decir, al final lo más fácil es ser seguidistas. Hacer lo que mandan las quinielas, no salirse del guion ni correr riesgos. Los Globos de Oro siempre fueron a su “bola”, por el orgullo y la compra de estatuillas (he ahí el caso Taron Egerton), que casualmente no fue exactamente lo que provocó la caída en desgracia de la HPFA. Ahora van a rebufo del oficialismo hollywodiense ante el susto de la desaparición reciente. Que esto sea sólo para unos años, en este galardón fueron constantemente incoherentes y criticables, pero cuales no lo son. Al menos estos eran una forma de dejar en ridículo a quienes se los toman como el tótem cinematográfico. La carrera de Oscars y Emmys no dejan de ser un espectáculo pseudopolítico de nosotros contra-ellos, como Eurovisión.

Matthew Macfadyen, Sarah Snook y Kieran Culkin.
(Fuente: Fotogramas)

En el apartado televisivo tan sólo sorprendieron en la categoría en la que podían hacerlo; Elizabeth Debicki a Actriz de Reparto por interpretar a LadyDi en The Crown. Más allá de eso, tres series que a su vez eran las favoritas desde hace semanas. Los tres de Miniserie recayeron en Beef, un fantástico y agresivo metraje sobre la enemistad encarnizada, el amor y el desastre que pueden crear si se combinan. Ali Wong y Steven Yeun encarnaron la trama, aunque cualquiera de los ahí nominados podría ser justo ganador. La comedia fue The Bear aunque sonrisas viéndola sean pocas. El que les escribe poco puede juzgar porque la segunda temporada no la ha visto, pero es esperanzador que una serie de autor, oscura, profunda y de una temática tan innovadora, sea reconocida. Sendas estatuillas para ella en los tres apartados, con Jeremy Allen White como Actor y Ayo Edebiri como Actriz. Aunque cabe reconocer que ver una obra de tal magnitud como la última temporada de Barry perdiendo, parece un sacrilegio. En el Drama fue Succession por enésima vez, en una temporada final redonda. Con la dificultad que es finiquitar una serie de altura en lo alto; Jesse Amstrong lo hizo y con bemoles. El reparto recibió su merecido con este culmen de sus personajes. Kieran Culkin fue el Actor (ganó absolutamente todo por esa escena del funeral), Actriz fue Sarah Snook (creo que sigue interpretando a Shiv) y Actor de Reparto Matthew Macfadyen (esa cara de oportunista sigue provocando rabia).

Christopher Nolan, Mejor Director.
(Fuente: AARP)

En los filmes lanzaron la bomba atómica. Oppenheimer fue una apisonadora de esperanzas para todos sus rivales en esta carrera que termina en el Dolby Theatre. Bien es cierto que los triunfadores de los Globos de Oro del pasado año llegaron con poco aire a los Oscars. Sin embargo, en esta ocasión son buen termómetro de la situación actual. La película de Christopher Nolan tiene la virtud de ser una combinación sobresaliente entre el blockbuster-espectáculo visual y la trama de ciencia, remordimientos y política. La historia de uno de los personajes más importantes e impactantes para la humanidad y relaciones internacionales desde el interior, además, con actores en su cúspide interpretativa. Oppenheimer fue ganadora en Película de Drama, Director (Nolan), Actor de Drama (Cillian Murphy), Actor de Reparto (Robert Downey Jr.) y Banda Sonora (Ludwig Göransson). Los restos fueron para Lilly Gladstone como mejor Actriz Dramática por su personaje de profundidad absorta en Killers of the Flower Moon (la de Martin Scorsese sobre los asesinatos de los Osage).

Yorgos Lanthimos y el reparto de Poor Things.
(Fuente: Parade)

En la zona cómica no lo ganó Barbie. Algo de sensatez entre tanto barullo de marketing y paparruchas. Mejor Película de Comedia para Poor Things, la nueva del extraño y singular Yorgos Lanthimos, que continúa en su proceso de exportación de su cine europeísta a Hollywood. La colosal Emma Stone era su protagonista y también se llevó la estatuilla. Tal vez sea una de las mejores de su generación junto a Margot, y ese segundo Oscar a los 35 tan sólo sería justicia. La pequeña The Holdovers fue la otra comedia de la gala. Una de esas tan Alexander Payne, sobre un peculiar profesor y sus alumnos durante unas vacaciones navideñas. Era la única que podía batir a la de Yorgos y aunque finalmente se quedara a las puertas, Paul Giamatti haciendo de Paul Giamatti consiguió el Actor Cómico mientras que Da’Vine Joy Randolph pudo con Emily Blunt en Actriz de Reparto. A la película rosa la quedó una categoría hecha a medida y estrenada este año: Logro cinematográfico y de taquilla. He ahí el miedo al discurso oficialista…

Más allá queda Anatomía de una Caída, la candidata francesa protagonizada por Sandra Hüller de Justine Triet sobre una familia, un supuesto asesinato y un juicio: Mejor Guion y Película de Habla No Inglesa. Sigo sosteniendo que el cine europeo y asiático están superando con creces en calidad a este Hollywood más preocupado de sí mismo y discursos. Cuando repetidamente premios propios encumbran a “otras” convendría un replanteamiento sideral. Pero que más da, lo que diga Oprah. Mientras que la Película Animada fue la para lo nuevo de Miyazaki, la canción para una de las de Barbie y otra de las categorías nuevas, Stand-Up Comedy, fue Ricky Gervais por Armaggedon en una indirecta muy directa de “vente te necesitamos”. Y cierto es.

Justine Triet.
(Fuente: Cineuropa)

La carrera a los Oscar continúa con fin a dos meses vista. Lo que sigue son las nominaciones a los premios de sindicatos, muy indicativos del resultado final, y de los BAFTA. Pero todo ello con un parón obligado el lunes que viene, por unos Emmys aplazados del pasado año. No se pudieron hacer en su fecha habitual de septiembre porque se encontraba en proceso la huelga de diferentes sectores cinematográficos a cuenta de la regulación de la Inteligencia Artificial y de las condiciones laborales. Que demanden los guionistas parece necesario, que se sumen los actores, permítanme que dude. Tras el final de las huelgas fijaron fecha para sumarse a la ola de interés que genera esta carrera. El martes veremos lo que hay que criticar.

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