"Unos premios de hierro cualquiera" por Álvaro Alonso

 Unos premios de hierro con cuatro estrellas culminando el objeto. Que agrio todo, que gris, transmite pereza. ¿Y el oro? Los Critics Choice Awards se quieren hacer con el título honorífico de "antesala de los Oscar" tras el hundimiento momentáneo de los Globos de Oro. En términos de resultados coincidentes podría ser, al menos lo intentan. Pero como estos otros muchos. En esta eterna carrera de premios van todos a acertar, sumarse a la ola del que está de favorito, nada de darle al "mejor" claro. El ansia de ser antesala de otros, que Hollywood es eso.

Emma Thomas, Christopher Nolan y el reparto de Oppenheimer.
(Fuente: Just Jared)

Le queda un trecho a los Critics para ser algo más que unos de esos tantos que se entregan antes de los Oscar. Para ello se necesita una personalidad propia, ese algo que los caracterice como especiales y únicos. Los Globos de Oro aún tienen la historia, los primeros en juntar Cine y TV, el Beverly Hilton, el dorado de fondo y el mundo sabe lo que es. Estos de hierro transmiten la sensación de ser planos y grises, sin carácter, azulones y una macedonia mal forme de todos con todos. En los Emmy hacen dos galas para entregar sus porrocientas categorías, que para los fanáticos del orden estricto es una preciosidad. Sin embargo, los Critics terminan siendo un laberinto de categorías, aunque en su premisa no es un defecto; en una película o serie son tanto o más premiables, los que están detrás de las cámaras, que los que se ponen delante. Hacen un esfuerzo en el reconocimiento, si bien caen arrodillados en su conclusión. Las categorías técnicas no se entregan como tal, pasan lista, como en el instituto, y da el galardonado esa voz de fondo a lo Saber y Ganar. Es decir, igualdad sobre el papel, pero váyanse a la porra con rapidez. Luego que si huelgas, apoyos y sindicatos, sí, sí, pero circulen. Qué Hollywood es esto también.

Despropósito dirá usted, querido lector. Pero permítame contarle otro antes de pasar al contenido. La de entregar dos categorías a la vez, lo cual es una innovación en lo que a indecencia se refiere. En este caso el desprecio fue sufrido por los actores de reparto televisivos. "Los ganadores han sido este y este, desfilen que teño presa". Los presentadores hacían las veces de la recepcionista en la consulta del médico. Aquí la televisión es la clase baja. Es curioso que se traten así entre ellos mismos, pero si hacen discursos y son demócratas. Vote Hillary! Equality!

La presentadora, Chelsea Handler.
(Fuente: Page Six)

Empezó con un montaje corto de todos los filmes y series, que es como debe este tipo de actos. Por esos metrajes se reúnen, celebran y están ese escenario azulón. Qué menos que tengan el protagonismo antes que esas cosas desechables que lo rodean. Y se subió la presentadora, a la que llaman Chelsea Handler, una señora parecía desesperada por lo que le ponían en el telepromter. Una aburrida, que convirtió en discurso lo que tiene que ser un monólogo con algo de gracia. Ahora que estamos con los caucus, se sentía como un Congreso Nacional de partido. Para repasar la lista de nominados está la Wikipedia, creo yo, y para lo bonitas que son todas, sus posters promocionales. El único chascarrillo relevante fue su exposición de hombres más "hot", algo así como los más calientes/sexys, además de lo bien que cuelga el pene de Barry Keoghan. Después de ver a Regina Hill manoseando a Jason Momoa en los Oscar, me figuro que ya todo carece de importancia. Otro fue eso de los ejecutivos, que suena cuasi sarcástico que los más privilegiados de este mundillo sollocen por sus superiores. Daños colaterales del oficialismo de paja, supongo. Pero hay que reconocerle un pellizco positivo a Chelsea, cuando le dio una patada dialéctica a Jo King por culpar de su ridículo en los Globos de Oro a sus guionistas. Minutos más tarde el premio a mejor guion original y adaptado pasó fugazmente por la pantalla. Hollywood es puro sanchismo, no es de extrañar que fuera su modelo de hacer política.

Tenía que haber sido Natasha Lyonne. Una actriz fuerte, enorme en la pantalla y con personajes pasotas. Dramática en el fondo, cómica en la fachada. Capaz de imprimirse a sí misma en una encarcelada, una neoyorquina atrapada en un bucle temporal o una fugitiva que huye a la América profunda. Subió al escenario para presentar un premio como si le pillara de paso, con su aplomo y pesadez característica. Con la esencia de que los secuaces de Nick Nolte aún la persiguen. Cuando empezó a hablar sentí que ella era lo ideal, lo utópico, y no una pijotera oficialista que sujeta el micrófono con las dos manos. 

Natasha Lyonne y Steven Yeun.
(Fuente: CNN)

Cualquier cosa puede pasar decía la voz de Saber y Ganar. Pues salvo en un par de categorías, sucedió lo previsto. En lo que a televisión se refiere fue exactamente el mismo trio que en la anterior gala. El drama recayó en Succession con sus dos actores principales llevándose el metal también, otra vez acompañados de la LadyDi de The Crown. No obstante, no lo ganó Matthew Macfadyen en una de ese par de sorpresas; Billy Crudup, el diabólico director de cadena en The Morning Show llamado Cory Ellison. Un personaje sin escrúpulos que se debe únicamente a lo que le dé audiencia, un Paolo Vasile pero con porte. Esa sonrisa de escultura, cínica, escondiendo intenciones, ya merece toda estatuilla que se precie.

“La comedia a que fue The Bear”, afirmaría usted mientras el de enfrente le asiente con la cabeza. Cuatro premios, añadiendo en esta ocasión el de actor de reparto en el hermano repelente de Carmy, Ebon Moss-Bachrach. Tampoco había mucho más, ya que Anthony Carrigan ni entró por la última temporada de Barry, que de por sí parece de ausencia completa de neuronas y motivo para cerrar e irse al sobre. Meryl Strepp fue la otra, actriz secundaria por su participación en Only Murders in the Building. No se puede dudar de una brillante interpretación por su parte, pero he aquí uno que hubiera optado por Janelle James, la directora desastre y que no le importa serlo, del Abbott Elementary. Pero tampoco estaba la de Barry, Sarah Goldberg; quien se puede fiar de estos críticos de tres al cuarto, ¡quien! La miniserie, esa bronca entre Steven Yeun y Ali Wong, Beef, añadiendo a su casillero la improcedente victoria de Maria Bello en actriz de reparto (sumarse a la ola). Por último, Jonathan Bailey consiguió las sobras por Fellow Travelers, esa protagonizada por el inefable Matt Bomer.

Greta Gerwig y Margot Robbie.
(Fuente: Entertainment Weekly)

En los filmes parece fácil. En el ámbito técnico le dieron las que pudieron a Barbie, para compensar la victoria del nolanismo en las de arriba. Mejor Guion Original (descojónese que lo hizo por encima de The Holdovers y Past Lives), Diseño de Vestuario, Diseño de Producción, Maquillaje y Peluquería, Canción, además de Película Cómica. En esta última categoría sucedió algo cuanto menos curioso ya que era una de esas fugaces leídas por la voz impersonal. Sin embargo, hacia el final de la gala intervino Lady Chelsea de la Casa Handler para darles el micrófono a Greta y Margot. Todo son prisas, unos premios pim pam pum, como el tenis de mesa en los JJOO. Salvo para el baño de masas de Barbie y el discurso de America Ferrera, con pausas dramáticas incluidas. "Guionistas, editores, diseñadores, compositores… váyanse a su esquina, esto es nuestro". No piensen mal, a mí el dueto cinematográfico de Greta Gerwig y Noah Baumbach me parece admirable: nos dio una de las películas neoyorquinas del presente siglo, Frances Ha, ella hizo Lady Bird con la que Laurie Metcalf obtuvo nominación al Oscar, y él fue colaborador habitual de Wes Anderson y con títulos propios como The Squid and the Whale o Marriage Story. Pero vendieron su alma las productoras, los Cory Ellison y el discurso oficialista, así que por favor suéltenme el brazo.

En Película Extranjera repitió Anatomía de una Caída, lo que debería provocar la dimisión inmediata e irrevocable de media Academia Francesa. Está arrasando la de Justine Triet y conseguirá un puñado de nominaciones a los Oscar, sin su apoyo, ya que la que presentaron es una película cocinitas protagonizada por Juliette Binoche. Saldrá beneficiada The Zone of Interest, el enésimo metraje sobre la Segunda Guerra Mundial, Auschwitz y también encabezada por Sandra Hüller. El sueño húmedo de ver a Bayona con la estatuilla parece lejano. 

La Película de Animación fue la de Spider-Man, que continúa en pugna con la de Miyazaki por la victoria final. Sorprendente es el Mejor Guion Adaptado de American Fiction, por cima de esos títulos tan grandes como Poor Things, Killers of the Flower Moon u Oppenheimer. Si la hubiera visto lo criticaría, mientras tanto no hagamos un Hollywood. En estos también hay una categoría de Actor Joven (¡pero esto que es!) que ganó el chaval de The Holdovers. Los actores de reparto fueron una repetición de los Globos (siento la insistencia, pero yo no hago esto), Robert Downey Jr. y Da'Vine Joy Randolph que tienen encarrilada la estatuilla. 

Emma Stone. 
(Fuente: NewsIT)

Quien puede ocultar la impaciencia de visualizar a Emma Stone subiéndose al escenario de Dolby Theatre a recoger su segundo Oscar. Quiero, quiero y quiero. ¡Hágase! Todo parece indicarlo, aunque una victoria en los SAG de la también brillante Lily Gladstone podría dar al traste con ello. Por lo pronto para los críticos es la suya por transformarse en Bella, una Frankestein moderna y vertiginosa de la mano de Yorgos. Cillian se llevó el sopapo, colateral parece, pero Paul Giamatti fue el Mejor Actor. The Holdovers es un filme bonito y triste, encantador y frío, sobre tres personas abandonadas por navidades en un internado estadounidense. Paul es el profesor, tan típico para el estudiante medio como irreal al final; los que comprenden el sufrimiento de alumno no existen, acuérdense que esto es una ficción, por favor. Cualquiera de los dos sería un ganador digno, celebrable, así que bátanse, mientras que la batalla no traiga a un tercero.

Paul Giamatti.
(Fuente: The Statesman)

Y Oppenheimer otra vez, será así hasta marzo, para desesperación y exasperación del antinolanismo demencial. Carlos, escóndete en tu cueva de El Escorial, no me respondas, no me importa, tendré meses y meses para recordarte esta victoria moral y cinematográfica. ¡Como los goles! Algún día habrá que destapar los vínculos espurios del antinolanismo y los colchoneros. Christopher va camino del Oscar, ese odiado y marginado de Hollywood va a vencer; no fue ni mencionado por Interstellar, sus tres de Batman o Insomnia, tan sólo le hicieron casito a Memento, Origen y Dunkirk. Ahora con el retrato a su bola del físico de la bomba atómica va a ser su año. Mejor Película, Director, Reparto, Cinematografía, Edición, Banda Sonora y Efectos Visuales, en los premios de hierro. Vemos la luz, lo haremos. 

Eso sí, yo que pensaba que los críticos lo eran por poseer un carácter propio, ajeno a lo que, a las influencias externas, por decidir por sí mismos y nada más. Sin embargo, se han marcado un seguidismo total y absoluto de lo que viene siendo la tónica de la carrera. Y rodeado de los mismos discursos de siempre, año tras año. Que sopor, parecen hastiados hasta de sí mismos. Pero sin más dilación esta noche son los de la Televisión en exclusividad, los Emmy. Qué ganas de decirle que Succession, The Bear y Beef han vuelto a ganar. Será por premios.






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