"2023 2.0"

 La vida sigue igual. Se encendieron los semáforos en Bahrein, y la F1 regresó para recordarnos lo que parecía que habíamos olvidado en estos meses de hibernación. El comienzo de una temporada, sean las perspectivas que sean, no evita la ilusión. No nos cansamos de repetir que esto lo vivimos con pasión, por ello en cada cita nos ponemos delante del televisor, y cuando no, devoramos toda noticia que el paddock deja salir. Por eso también nos enervamos por la autodestrucción a la que la están sometiendo algunos, o nos disgustamos cuando carrera tras carrera escuchamos el himno holandés como antes el inglés. 

Qué cansino eres Max Emilian Verstappen, qué criatura más cargante. Porqué tienes que ser tan brillante, porqué ha tenido que coincidir un animal automovilístico como tú, en una maquinaria y estructura tan perfectamente engrasada. Tú, Adrian y Red Bull; qué pesadilla. En 2023 nos machacaste, nos obligabas a escuchar esas notas neerlandesas sin descanso, nos castigabas como si algo malo te hubiéramos hecho. And here we are again. Has hecho la pole a pesar del paso delante de Maranello y has terminado a 22 segundos del siguiente, que además, lleva el mismo coche que tú. No lo hagas, Max, no nos lo vuelvas a hacer.

Carlos Sainz en el podio.
(Fuente: DAZN)

Carlos Sainz tiene esa garra ibérica de pelos en el pecho. Durante años se la reclamamos porque en determinadas carreras demostró que ahí estaba. Necesitaba perder ese miedo a sí mismo en los momentos claves, a lanzarse y que sean los demás los que se quiten de en medio. Torito, torito. Y es admirable, como si de un alumno aplicado se tratara, parece que se ha estudiado y ha ido creciendo poco a poco. Paulatinamente se ha hecho más grande en pista, siempre manteniendo su regularidad característica. Se ha construido como un piloto sólido, serio y consistente. Carlos se exprime en mayor medida cuando está cabreado, y tras lo sucedido en este invierno, mucho de eso se ha notado en Sakhir. Él se la juega en 2024 ya que, hoy por hoy, está sin asiento para la temporada que viene. La Silly Season puede decidir por él, sin embargo, este Carlos audaz no parece de los que se dejan llevar. Y que mejor mensaje al exterior que dejar en ridículo la decisión de Ferrari. Que gran podio.

Tan sólo hay que pegar un vistazo a la clasificación final para acreditar que no estaban tan lejanas las perspectivas que dejaron los test de hace una semana. Verstappen a años luz, Red Bull sin rival, los Ferrari un pasito por delante del pelotón mientras que Mercedes y McLaren cruzados. Pero en tierra de nadie se ha quedado el del nuestro, Aston Martin. Lo del viernes, situándose delante de los papaya y Hamilton fue tan sólo un espejismo, y tal vez algo de magia. Puede que lo único ilusionante es que no están tan perdidos como en los primeros dos días de la pretemporada y los de atrás ni les huelen. ¡Stroll pudo remontar! Ahora empiezan en la cola de esos cuatro, al contrario que el pasado año, de manera que queda ver si las mejoras esta vez lo son.

Fernando Alonso y Max Vertappen durante la rueda de prensa previa.
(Fuente: Marca)

Hablábamos del "alivio" que respiraba Woking en los test. Tras el primero de 2024 se puede elevar a "optimismo", ya que lo que supuestamente tenía guardado Merecedes, no era tal. Los alemanes consiguieron ensalzarse a través de George Russell, que consiguió el tercer puesto de salida y guerrear inicialmente con los Ferrari. Pero con el paso de las vueltas les engulló la realidad; son tercera fuerza con McLaren. Aunque son equipos que gracias a sus estructuras consolidadas logran ascender, de manera que no sería extraño que en unas pocas carreras se entrelacen con los italianos. El rostro de Toto Wolf en el post-carrera reflejaba lo que está sucediendo ahí dentro; una mezcla de frialdad y despreocupación. Ya no tienen que contentar a nadie a corto plazo, las prisas de estos dos años han dejado paso a la paciencia, a una mirada fija en el más allá. Toca construir algo consistente para George, el que venga ahora y Kimi. Quizá lo de enero no sea tan negativo para ellos como nos temíamos. Quien lo sabe.

Esteban Ocon durante los libres del jueves.
(Fuente: Alpine)
El porrazo se lo han llevado en Enstone. Con este primer gran premio ha quedado atestiguado lo que en los test parecía hasta sorprendente; su unión con creces al grupúsculo de los de abajo. Las previsiones era que se codearan con los Haas y así fue; nada escondido y menos. Tienen un carro con sobrepeso, un motor defectuoso y con dos pilotos que no se soportan. Son la perfección de lo imperfecto. Son el perfecto ejemplo de lo que no hay que hacer. Necesitan un volantazo en cada una de sus piezas, reconstruirse desde dentro a fuera. Ya han pagado por todas sus estupideces, ¡y de que manera! Las sufrirán en este 2024, así que es hora de que se hagan un Earl Hickey, pidan perdón y se limpien. Pero por el amor de dios, déjense de paparruchas y que vuelva Renault.

Han vuelto los coches como si de una continuación del 2023 se tratara. Todo sigue como lo habíamos dejado, ningún movimiento mágico y pequeños detalles que quedarán solapados con el paso de los fines de semana. Nuestra única esperanza son las batallitas que puedan tener en el interior del pelotón. Obviamente nos conformamos con poco, pero que quieren que les diga, desear que Max falle parece utópico. ¿no creen?

Pepe Martí en el podio del sábado.
(Fuente: L'Esportiu)

¿Y Pepe? Bendito seas Pepe. Ese nuestro chaval, ese que se hace llamar por un nombre tan corriente, tan de las profundidades españolas, tan de los años 70, tan de carnicero o butanero. Pepe tan transparente, abierto y sonriente. Es una persona cumpliendo un sueño con mayúsculas, es el crio reposado que disfruta y pelea a partes iguales. En este gran premio debutaba en F2, la categoría trasera en la que todo vale con el objetivo de demostrar. No consiguió una buena posición de clasificación por lo que salió undécimo tanto en sprint con en carrera y el resultado fueron dos podios; tercero el viernes y segundo el sábado. Era un surfero sobre la pista de Bahrein, se deslizaba por ella y a cada curva con más ímpetu que la interior. La rapidez de evitar los problemas de su alrededor, de estar donde debía para salir en mejor situación que los demás. Tiene una visión de piloto excepcional y unas manos que nos regalaron adelantamientos exquisitos. Ole tú Pepe, viva tú. Sigue cortando finas lonchas Pepe, los ojos ansiados de pilotos te miran.

Comentarios

Entradas populares