"Sonrisas Perdidas" por Álvaro Alonso
La sonrisa representa algo tan importante como la felicidad. Si se visualiza a una persona sonriendo, aunque no la conozcas como tal, significa que al menos en ese instante está disfrutando de un momento alegre. No son sinónimos, he ahí los instagramers tan felices en sus fotos, tan desdichados en sus vidas. Pero, eso sí, no hay felicidad sin sonrisa.
Tal vez sea uno de los gestos más contagiosos; la propia risa
de una persona puede ser tan absurda que causa un desternillamiento general instantáneo.
Tal vez sea también uno de los sentimientos más gozosos y distendidos, ya que lleva
consigo comodidad, tranquilidad y desahogo. Con quien más se sonríe es con “tus
personas” y a quien más se sonríe es a quien quieres.
Vamos a tener que empezar a hablar, como hacen mis abuelos
con los vecinos, a grito limpio y el que quiera que escuche. En la universidad
se ha convertido en obligación algo que no lo era (al menos en mis dominios)
desde el instituto, eso de levantar la mano antes de hablar. ¡Esa mirada de pasmarotes
que ponen los profesores buscando quien narices le habla! Desesperados todos
hacen hincapié en ese nuevo deber, sin éxito aparente por ahora. Siguen buscando
al impostor.
Mi miedo escénico hizo que uno de los aspectos más
importantes para comunicarme fuera la sonrisa falsa; ese gesto que se hace para
mostrarle conformidad a alguien, a pesar de que te importe menos que los
partidos de criquet. Ahora no sé que hacer. Una vez probé con el gesto del
pulgar hacia arriba, y no salió nada bien. Perdemos mucho sin boca. Ahora sólo
la carcajada indica que la broma fue buena o wue al menos tuvo algo de gracia. Que aburrido. Intentemos que a la vuelta
de este terrorífico viaje regresen las sonrisas perdidas.
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