"Reírnos de nuestras vidas" por Álvaro Alonso
Merece la pena que a veces nos riamos. Parece difícil; los
que nos auto fustigamos constantemente tendemos a evitar esta posibilidad. Buscamos
los problemas, y evidentemente los encontramos porque la vida es como esas
cuestas que nos encontramos en las interminables vueltas en bicicleta
veraniegas: tremendamente jodida. Por ello cabe buscar salidas, alternativas,
armas que usar para vencernos a nosotros mismos. La mayoría suelen usar las
personas; yo también, que hay más sanador que una compañía. Hablar de
chorradas, sacar una sonrisa, aunque sea tan sólo un minuto, puede hacer
olvidar todo lo sucedido, aunque por ello no desaparezca.
Hay otros
modos, cada uno tendrá el suyo; yo, ante la ausencia de lo anterior durante años,
usé siempre las series para irme de mi vida y más recientemente la radio para
callar la soledad. La risa en las series tan sólo aparece cuando me paso por
genialidades como Curb Your Enthusiasm, The Office o Frasier. La radio la tengo
excesivamente informativa, tanto que empalaga. Créanme que conviene descanso en
una época de tal fluidez atómica de información; hasta para los más cafeteros
como yo.
Hará cosa de un año decidí que había
que escuchar algo diferente, diversificar mi radio, ya que lo único “no
noticiero” que tenía era La Cultureta. De verdad les digo que hay tal cantidad
de podcast y grabaciones que me abrumé casi tanto como Ángel Gabilondo con el
lío de la CAM. Encontré algo, sí, sin buscarlo concretamente. Por la entrevista
que le hizo Alsina a Buenafuente a colación de los Premios Ondas: algo llamado
Nadie Sabe Nada.
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Andreu Buenafuente y Berto Romero en el programa de la Cadena Ser, Nadie Sabe Nada. (Fuente: elterrat.com) |
Tiendo a pasarme
por este programa los fines de semana, esos dos días que como universitario,
significan horas y horas de estudio y los cuales, a su vez uso para evadirme un
poco de todo lo que asola al mundo. También, y en gran parte, este último
verano, en el cual me metí entre pecho y espalda treinta y siete capítulos. Hay
algo que me daba, me transmitía relajación, paciencia y sobre todo, me daba
algo que es lo que más necesita una persona mayoritariamente solitaria; risa.
Desde el
principio algo me llamaba demasiado la atención de este programa. Improvisado o
no, me da igual, me fascinaba la capacidad que tienen los Romero y Buenafuente
de descojonarse de la vida. Cuál amigos que hablan tomando algo o sentados en
la calle (actualmente deporte de riesgo), charlan de todo y hacen un amplio recorrido
por sus sucesos ante los micrófonos de la Cadena SER. No voy tanto a los hechos
en sí, sino cómo lo afrontan, cómo se lo toman. Esa manera de reírse de la
vida, de afrontar las pequeñas cosas para insuflar un poco de
alegría a la audiencia. Al
tiempo que sacan propuestas o frases de los oyentes, absurdeces o tonterías,
que usan como pie para todo el resto, para navegar por la vida como lo harían dos
personas que se la trae al pairo. Cuidado, no digo que sea provechoso tomársela
de esa manera siempre, simplemente que de cuando en vez es necesario que seamos
así. Nos tomamos la vida demasiado en serio, y yo el primero.
Ahora, yo me
encuentro dentro de una cuadrilla, rodeado de personas y con la soledad fuera
de mi ser por un tiempo, me siento un poco como en el Nadie. Conversaciones
absurdas, algunas bastas, en las que no nos hacen falta nada más que nosotros
para sacarnos una sonrisa. Conviene reírnos de nuestras vidas, o con ellas,
pero con reírnos es que algo estamos haciendo bien.
¡Hola! Buena introspección, la verdad que muchos nos sentimos así y está bien recordar que es necesario tomarse un respiro, desconectar y reírse de la vida e incluso de nuestros problemas, me gusta mucho como escribes, sigue así. Un abrazo Álvaro :)
ResponderEliminarGracias, un abrazo!
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