"Imparable" por Álvaro Alonso

No hay nadie de la parrilla actual que pueda pararlo. Podemos hacernos imaginaciones varias con lo de que si Fernando Alonso tuviera las mismas condiciones, sería el único que podría batirle. Probablemente así sea ya que son los dos mejores pilotos, los más completos sobre la pista. Pero esa situación no se da, y nunca se dará. No se duda de que Aston Martin hará todo lo posible para darle a Fernando un arma lo más perfecta posible con la que competirle. Ahora bien, ¿es realista? A la vista de los hechos en 2023, no. Pero vivamos de ilusiones porque también pensábamos hace un año que irse con la marca de James Bond era un suicidio automovilístico.

Max Verstappen es tricampeón del mundo. A falta de diez carreras. Proclamémosle como tal, aunque tal denominación sabemos que no rebajará sus expectativas de ganarlo todo, cabe la posibilidad de que en alguna de las que restan se despiste. SuperMax es un SuperPiloto. Cometió todos los errores de su vida en la adolescencia que vivió en F1 desde los 16 años. Parece que no le quedan más. Tan agresivo, tan cabra loca, tan egoísta, que a pesar de reconocer su calidad, muchos lo daban por muerto antes de llegar a la cumbre. Su oportunidad llegó en el trepidante 2021 y venció al invencible con sus mismas armas, tratándole de tú a tú, sin miedo alguno al niño bonito de la FIA. Lo que se percibe en Max es que supo controlarse a si mismo en su justa medida para que su pilotaje no se viera afectado. La vuelta de pole en Mónaco es el mejor ejemplo práctico: al límite, besando los muros, unos centímetros más allá de cualquiera, pero sin golpe, sin romper suspensiones, con suficiencia y con la delicadeza de los mejores. Con 25 años corre como un experimentado pero con una ambición desmedida.

Verstappen tras ganar el GP de Bélgica. (Fuente: racingnews365)

Si un piloto de características excepcionales tiene la suerte de recaer en el equipo competitivamente más perfecto, resulta este dominio apabullante (lo mismo hubiera pasado si el nuestro…). Red Bull es un reloj que funciona sin fallos, ninguno, hagan memoria, ¿recuerdan alguno relevante en esta escudería? Ni en pit stop, ni en estrategia de carrera. Es una máquina de guerra y si con ello encuentran la clave para el rendimiento del coche, también serán imparables. Red Bull y Max son la dupla perfecta. Demasiado perfecta. En Bélgica han vuelto a ganar, por inercia, y porque actualmente son los mejores, por mucho que nos aburra esta rutina. Soñábamos con inocencia de que tal vez Checo pudiera ser una zancadilla, pero al quinto gran premio ya se borró sin necesidad de que lo hiciera Red Bull por él. Nadie puede con Max, y mentalmente tampoco.

El fin de semana en Spa-francorchamps lo salvó la lluvia cojonera que año tras año hace acto de presencia por las Ardenas. También lo hizo Oscar Piastri, por mucho que su domingo terminara muy pronto. La clasificación del viernes fue discreta para McLaren, por las expectativas, sin embargo, Oscar quedó por delante de Lando. El sábado de sprint fue de ensueño para ese niño prodigio. Segundo en la Shotout y en la carrera sprint, con undercut incluido a Max, aunque luego en pista no pudiera hacer nada. QuietMan llega poco a poco, con serenidad, sin una palabra más alta que otra, pero sobre todo sin creerse más que nadie. En su temporada rookie actúa como si no lo fuera, a dos pasos de un montruito como Lando Norris y en este fin de semana por delante de él. Al igual que lo de McLaren iba en serio, lo de Oscar también aprovechando el bólido. Pero transmite esa sensación de no perder el norte, de no hacer caso alguno tanto al que le quiere fuera de la parrilla como al cherleader twittero. Algo así como déjenme a mí, un Toni Kroos de la F1.

Piastri tras quedar segundo el la Sprint. (Fuente: Planet F1)

El que se va de verano con un resoplido de relajación es Fernando Alonso. A pesar del viernes y sábado. En la carrera de verdad supo sacar su magia, situarse donde debía en una tumultuosa salida y aprovechándose de los demás. Se situó quinto y ahí se quedó. Resistió, gestionó y fue más listo y conservador que George Russell. Entre los dos Mercedes, minimizando daños para el campeonato de pilotos y por encima de las posibilidades que le da actualmente el AMR23. Los deberes los tienen en la fábrica de Silverstone y a la vuelta en Zandvoort, donde está previsto un gran paquete de mejoras vital para mantenerse con vida en lo que resta de temporada. Si no funcionan, conviene irse sin demora a 2024, que es lo que importa.

Más allá de estos tres no hubo. Charles Leclerc recuperó la cabeza, que es lo que le viene fallando en este año y el domingo salió en pole tras la sanción a Max. Fue el primero de los mortales y salva su cara. Charles tiene la calidad suficiente para que no sea Ferrari el que le salga a sacar las castañas poniéndole por empeño delante de Sainz. No sabe estar abajo, y si lo está él se viene aún más abajo. Un piloto de F1 ha de tener una fortaleza mental sobrehumana, y él la tiene. Es que este hombre pudo correr y ganar el gran premio, un día después del fallecimiento de su padre, que pocas personas tienen capacidad a tal heroicidad. Ahora tiene que hacer es sacarla de dentro. Aunque sigo recomendándole a los Carlos algo muy sencillo y es que si quieren alcanzar un mínimo de felicidad, váyanse de Ferrari. Cuanto antes.

Leclerc el el podio de Spa. (Fuente: F1.com)

Pérez terminó segundo, por fin consiguió volver a su lugar, a su cometido ya que rompió todas esperanzas de competir con Max. Los Mercedes a pesar de su regularidad no aportaron nada a este que les escribe ya que lo mucho que hemos visto de ellos es a George yendo a una parada y remontando. En Hamilton ni la realización se ha parado. En los papaya se resarció el domingo Lando Norris, sin Oscar en pista, él supo exprimir lo que tenía cuando el McLaren en el que se sienta le dejó. A una primera parte de carrera desastrosa le siguió un stint de blandos con tiempos estratosféricos durante las breves gotas y alargados hasta la saciedad. Remontó desde la cola hasta el séptimo puesto, demostrando que hoy por hoy, los de Woking, hasta en los malos momentos sacan resultados.

Si a alguien hay que destacar, a parte de que Ocon y Stroll consiguieran unos puntos, es a Yuki Tsunoda. Estuvo sexto y parecía que resistía, pero tiene un Alpha Tauri e hizo lo que pudo con ese lastre. Fue cayendo a medida que llegaba el final hasta el décimo puesto, pero gracias a una gran primera parte de carrera pudo dejar sin efecto la llegada desde atrás del Alpine de Pierre Gasly. Un punto que es para él como una victoria en un tiempo clave para su futuro en la estructura de Red Bull. Ricciardo como compañero de equipo no sólo es un aviso a Checo, sino también a Yuki. Le están poniendo a prueba en su tercer año en Faenza y si no lo resiste ya sabe lo que le sucederá. En Red Bull no se deja lugar a equívocos.

Alan Permane y Otmar Szafnauer, dos de los destituidos por Alpine. (Fuente: F1.com)

Y antes de mandarles de vacaciones, los que las tengan, decirles que también se va con ustedes Otmar Szafnauer, ese sujeto carente de humildad que fue protagonista de uno de los mayores ridículos de los últimos años. Alpine ha enseñado puerta a su cúpula y hace una semana a su CEO, en una reestructuración prematura y precipitada, probablemente dando por tirada esta temporada. Otmar, director de equipo, fue uno de ellos. Y es que en medio año (llegó en enero de 2022), perdió todo su crédito, enfrascándose en una inútil pelea con su piloto estrella, favoreciendo a Ocon aunque ello supusiera malos resultados para el equipo y chantajeándole con un diamante el bruto como Oscar Piastri. El resultado de ello fue Alonso disfrutando de una segunda juventud en Aston Martin y Piastri de su primera juventud en McLaren. Lo sucedido hace un año, el bochorno, la gestión, la pérdida de dos codiciados, ya era motivo suficiente. En Alpine le dieron otra oportunidad, pero visto cómo les va a los que se fueron, ae sus equipos y los resultados mediocres de Alpine y su dupla, finalmente cayó. Y lo hizo de forma ridícula, como debe el personaje, así que algo de justicia poética tendrá esto. ¡Feliz agosto!


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